Mi primer hijo

Hace unos 5 años tuve a mi primer hijo hasta la fecha. Lo llamé hip&love, era de espíritu libre y hippie, aunque también tenía un punto hipster, no nos vamos a engañar. De ahí su primer nombre, “hip”. Como todos los bebés, nació del amor, por eso su segundo nombre tenía que reflejar su esencia, ser claro y universal, fue “love”.

Se gestó en la primavera-verano de 2012. Yo trabajaba en publicidad y me pasaba la vida repitiendo dos mantras: “lo que más me gusta del mundo son las bodas” y “lo voy a dejar todo para montar una floristería”. Los repetía sin parar y nunca reparé en prestarles atención, lo decía mecánicamente y trabajaba en lo mío, sin más. Ahora es fácil darle sentido, ¿verdad?. Pues nada, yo ciega perdida.

Pasaron los meses y seguía ahí, con mis mantras y las quejas, pero llegó el verano, y de repente vi la luz. Literalmente la vi, no sé si en realidad estaba medio muerta, aunque fuese por dentro, pero la vi. Era la luz de Formentera y la ecuación se completó: bodas + flores + Formentera.

Volví al curro feo, pasaron cosas aún más feas y en el fondo de pantalla del escritorio del pc del trabajo puse una foto del faro de Es Cap que me daba aire. Ya me podéis imaginar, dale que te pego con los mantras y embobada con la foto, un cuadro. Hasta que un día, ese faro que tanto miraba, como buen faro me iluminó y pude despejar la incógnita de eso que me rondaba por dentro: flores + bodas + Formentera = taller de coronas de flores para novias en Formentera. ¡Qué obviedad!.

Y es que a veces la vida te pone las cosas en bandeja de plata y no eres capaz de verlas, pero ya sea por el destino, el universo o como lo quieras llamar, vuelven, por las buenas o por las malas, pero no te libras. En mi caso fue un poco a malas y de las heridas brotaron flores.

Ya han pasado 5 años desde entonces, y el retoño, que se me ha hecho grande, me ha pedido a gritos que le lave la cara y lo deje crecer. Me ha costado un poco dejar de verlo como a un bebé, pero he decidido hacerle caso y darle alas para volar hasta donde quiera.

Este proceso de crecimiento tampoco ha sido un camino de rosas, y es que me atrevería a decir, que ha sido casi como otro parto. Espero que disfrutéis de todo lo bueno y lo nuevo que ha florecido y que lo sigáis viendo crecer conmigo.

Un beso,
Maca

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